MUJERES ARTESANAS
Un estudio indica que las mujeres son el 80% del total de los artesanos del país
Télam

Mujeres artesanas de distintas comunidades y edades de las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán, buscan preservar las técnicas ancestrales y precolombinas de telar de cintura, tejido de chaguar y randa para "mantener viva su identidad, cultura y la herencia del arte textil". /Foto- PRENSA
El rubro de la artesanía tiene una preeminencia marcada de mujeres que desarrollaron sus habilidades a través de la enseñanza de sus madres y abuelas, y representan el 80% de los productores y productoras, según una investigación realizada por la Red Federal Interuniversitaria de Diseño de Indumentaria y Textil (Redit), en el 2021, cuando entrevistaron a 560 artesanos y artesanas de todo el país.
"Hay una cuestión intrincada que tienen las técnicas textiles con la vida diaria y cotidiana de las mujeres. Seguramente el textil, y su inscripción en el espacio doméstico, tiene en sus inicios una matriz patriarcal para mantener a las mujeres en el hogar, pero también -hoy- funciona como la posibilidad para tener sus propios ingresos. Realizar esta tarea aporta a la identidad colectiva y comunitaria de las artesanas", opinó Alejandra Mizrahi coordinadora de Redit.
Asimismo, Mizrahi reconoció que "el tejido funciona, en muchas comunidades, como algo para compartir, reunirse en un espacio que ellas mencionan como terapéutico".
En su viaje por la provincia de Jujuy para conocer tejedoras, Celeste Valero se encontró reiteradas veces, dentro de las comunidades, con que había mujeres que no tenían un trabajo remunerado, ni un oficio, que se ocupaban de las tareas domésticas y sufrían violencia de género.
Es por ello que reconoció que la organización Tejedores Andinos permitió que muchas "se empoderen" y que no solo lograrán independencia económica sino "darle valor a su vida".
"Una de las características de las mujeres andinas es que hablamos bajito. Fuimos sumisas por la historia que nos atraviesa y aceptábamos lo que se nos imponía. No sólo sucedían injusticias en el seno familiar, violencia, sino también cuando producimos algo y lo vamos a vender. El que habla más fuerte termina ganando el regateo del precio y así terminamos regalando nuestro trabajo", explicó.
Claudia Aybar, por último, reafirmó que "el trabajar en grupo nos hizo más fuertes, es una contención. Hacemos reuniones, sabemos la vida e historia de cada una, sus problemas y entre nosotras nos ayudamos".
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